Buscamos perdernos dentro de nuestros sueños
Esperando no tener que dudar jamás,
Preciosa ingenuidad,
Cada respiro nos aferra más.
Aullamos cada noche suplicando un narcótico final.
Gritamos nuestras entrañas y caemos agotados
Noche tras Noche
Impotentes por no haber sido capaces de abandonar.
Seguimos con la esperanza del desertor,
Seguimos andando, buscando un detonador.
lloran nuestras almas
acurrucadas bajo un cielo
Que hace tiempo
a las ilusiones mutilo.
Somos como niños jugando a lo que no nos gusta jugar,
Dejamos al azar nuestro coraje y decidimos continuar.
Damos disparos al aire y corremos fingiendo diversión,
Malditas apariencias, nuestras almas juran, no volver aquí,
no volver no mas.
Cuando escribimos, dejamos de ser, nos damos a los demás, y somos más nosotros que nunca. Las letras nos pierden y nos salvan. Nos permiten VER, pero lo que vemos no suele ser feliz. Encontramos la poesía -o su rastro fresco en la tierra húmeda- cuando miramos el mundo a la cara y sentimos infinita ternura, aunque nos duela. No cierres los ojos, los oidos, las manos. Abraza las palabras, aunque te desgarren, y deja que te lleven a su propio paso. Ésa es la verdad del mundo.
ResponderEliminar