sábado, 5 de noviembre de 2011

Hipnosis


Desperté otra vez, de nuevo y una vez mas.  Abrí los ojos y no los pude cerrar, trate de mover mi mano derecha pero no respondió, trate de doblar mis rodillas pero tampoco respondieron. Quise ponerme de pie pero me fue físicamente imposible. Mis ojos lo veían todo oscuro, mis ojos no veían casi nada, seguro todavía estaba de noche. 

Estaba seguro que era luna llena aunque nunca me fijé en los patrones lunares. Seguí acostado y desee con todas mis fuerzas un vaso de agua. No pude conseguirlo porque no me podía mover, estaba en mitad de un desierto, despierto y sufriendo pero sin poder correr hacia mis espejismos.

El agua no llego jamás y mi sed  incremento con cada respiración de aire caliente que di. Desee moverme con una intensidad que nunca antes había sentido y justo en el momento en que creí concentrar todas fuerzas en mi mano derecha mis ojos empezaron a ver. Todo en la habitación se ilumino y te vi. Estabas reflejada en el espejo que colgaba del techo, significaba que tenias que estar a mi lado. Sin embargo no puedo moverme ni pude voltearme hacia ti, solo podía verte existiendo en el espejo que colgaba en el techo de la habitación. De un momento a otro empecé a sentir una desesperación absurda por estar contigo, por liberarme de las cadenas invisibles que me ataban a mi cama para poder voltearme y darte un beso. No pude, quise rasgar mi piel.

Lo que veían mis ojos no cambiaba mucho; el techo de la habitación, tu reflejo en el espejo, las cortinas puestas sobre una pared sin ventana y la luna, no la veía pero ahí estaba. Nada cambio mucho, pero me inquieto más aún saber que yo no me estaba reflejando en el espejo en el que estabas tu. Me sabia como un ser conciente, no era posible que yo no estuviese en la escena que estaba padeciendo, al fin y al cabo los ojos que veían eran los míos. Yo no podía ser tu, porque conozco muy tu aspecto físico. Sé también lo obvio, tu eres mujer, yo hombre.

Cerré mis ojos, todo se oscureció de una respiración a otra. Temí por un segundo no volver a ver. P, un personaje de cuento, un ber muerte, o por nunca haber sido. Era probable que yo fuera simplemente  un idea por ahle que yo ero en lo que mis pensamientos mandaron esa sensación a mi estomago mi vista volvió a funcionar. Veía todo como nublado, como si mi vida fuera dentro de un cuadro hecho con acuarelas. Ahora me podía mover, podía caminar libremente pero no podía verte, definitivamente no estabas conmigo y yo no estaba en el  cuarto con el espejo en el techo. Caminé no por mucho tiempo buscando un charco para ver mi reflejo, pero no encontré ninguno en el que mi cara se reflejase. Temí ahora por no existir, por haber muerto, o por nunca haber sido. Era probable que yo fuera simplemente  un idea por ahí, un personaje de cuento, una imaginación infantil.  Quien sabe porque mi cara flaca y blanca no se reflejaba ni en los espejos ni en los charcos de agua. Yo conocía muy bien mi aspecto, me sabia como un hombre flaco y alto. Mi color de piel nunca pudo teñirse de sol por lo tanto era tan blanco como un albino con el pelo negro.  Mi nombre, no pude recordar.

Pasó un carro enfrente mío, fije mi vista en el  hasta que mis ojos no lo pudieron alcanzar más. Al otro lado de la calle estabas tu otra vez, desee tenerte en mis brazos bajo el cielo infinito pero me había quedado congelado otra vez. Trate gritando tu nombre poder  moverme de nuevo pero solo me salio un murmullo suave y e inaudible con las dos primeras letras de tu nombre. Seguí congelado  y tu pasaste caminando con tu simpleza acostumbrada. Desee seguirte, me fue imposible.

Cerré mis ojos  una vez mas, mi vista de acuarela se torno oscura. Cuando los volví a abrir estaba en mi cuarto, junto a mi. Me podía ver pero sin embargo podía sentir mis respiraciones fuera de mi pero dentro de mi pecho. Estaba acostado, ya no estabas junto a mi. El espejo aún colgaba del techo y me pude ver finalmente mientras dormía.

Abrí mis ojos y ya no estaba oscuro, había amanecido. El fulgor de los sueños soñados habían acabado por confundir mi identidad de existencia y por lo tanto me cobijo un pánico infinito de no poder moverme esta tercera vez. Intente doblar mis rodillas, no doblaron. Mire hacia arriba y no estabas reflejada en ninguna parte, solo había una blanca pared.  Sentí la sed de nuevo, no pude ver mas. Mis respiraciones ya no eran calidas ahora eran como de mañana de domingo en mitad de la calle. Moví mis dedos, ¿pero como? si no tenia un cuerpo, hacia tiempo no me veía.  Quise despertar, pero no sabia si aun estaba vivo. Mis ojos volvieron a ver, esas cortinas rojas en la pared sin ventana ahora estaban abiertas y la pared que cubrían había desaparecido. Intente levantar mi cabeza para ver el paisaje que sentía debía haber al otro lado de la ausencia de pared pero no pude.

Inexplicablemente estaba seguro de todo lo que me rodeaba pero de una manera muy extraña. Sabia todo lo que existía pero no sabia donde estaba. No sé si soy. Me pregunto si será posible rodear la nada. Soñé que soñaba, soñando que estoy vivo. 

1 comentario: