jueves, 22 de diciembre de 2011

Musica y tiempo

Adoro contar los compases de las melodías silenciosas
que rondan dentro de mi cabeza.
Tomar mi batuta con la mano equivoca
y dirigir con fuerza integral a una orquesta de músicos muertos.

Adoro la callada parsimonia del publico que no aplaude,
admiro la sonrisa pobre del niño que no entiende,
Adoro contar los compases de una vida silenciosa.

Pasan y pasan y el metronomo no se detiene, marca las 3.
Muy pronto serán las cuatro y así sucesivamente,
pasan y pasan compases, llenos de tiempo perdido
y de promesas falsas que nunca nos cumplimos.

Mientras tanto yo sigo con mi batuta andando por ahí
como un niño jugando a ser grande,
me arreglo el frac cada tanto y miro a mi publico ausente.

Aprovecho cada instante para armonizar la calle con tus besos.
Lloro siempre en el momento inadecuado como un error de métrica,
y me regocijo en la complejidad y el abandono de un compas compuesto.

La vida, para mi.
Es la batuda que dirige nuestras emociones.
La vida, para mi,
Es un acorde disminuido.




No hay comentarios:

Publicar un comentario