domingo, 25 de diciembre de 2011

¿Que seria de la noche sin mañana?

Y me encuentro aquí, otra vez, de nuevo.
En este mismo estado de insomnio inducido,
esperando con ansias el sol
porque hoy ya me canse de las estrellas.

¿Que seria de la noche sin mañana?
Un estado de vigilia permanente,
Una vida entera sin muerte,
Seria una sombre sin luz ni transparencia.

Ya me canse de la luna,
ahora prefiero el amanecer.
la primera bocanada de aire sucio en la mañana
me deja en la boca el sabor
del trabajo por hacer.

Ojalá no tardé mucho en despertar,
espero el amanecer durmiendo para acelerar.
Ojalá amanesca rapido y anochezca igual
para escribir poemas sobre lo ausente
justo antes de verlo
llegar...

jueves, 22 de diciembre de 2011

Musica y tiempo

Adoro contar los compases de las melodías silenciosas
que rondan dentro de mi cabeza.
Tomar mi batuta con la mano equivoca
y dirigir con fuerza integral a una orquesta de músicos muertos.

Adoro la callada parsimonia del publico que no aplaude,
admiro la sonrisa pobre del niño que no entiende,
Adoro contar los compases de una vida silenciosa.

Pasan y pasan y el metronomo no se detiene, marca las 3.
Muy pronto serán las cuatro y así sucesivamente,
pasan y pasan compases, llenos de tiempo perdido
y de promesas falsas que nunca nos cumplimos.

Mientras tanto yo sigo con mi batuta andando por ahí
como un niño jugando a ser grande,
me arreglo el frac cada tanto y miro a mi publico ausente.

Aprovecho cada instante para armonizar la calle con tus besos.
Lloro siempre en el momento inadecuado como un error de métrica,
y me regocijo en la complejidad y el abandono de un compas compuesto.

La vida, para mi.
Es la batuda que dirige nuestras emociones.
La vida, para mi,
Es un acorde disminuido.




lunes, 19 de diciembre de 2011

Ojalá amanezca lloviendo



Creo que hoy será un día como todos los demás,
un día con poco o nada extraordinario.
Salió el sol esta mañana como suele pasar,
lo espere anoche, y ya hoy, lo supe encontrar.

Será normal, sin nada de vicios y poco de que arrepentirse,
con llamadas de números equivocados
y rutinas y pastillas que seguir tomando.

Supongo que nada nuevo va a pasar,
no encontrare hoy un lugar donde escapar
ni una manera por lo menos aceptable
de esperar mi sentencia final.

Será hoy un día como todos los demás,
un día para despertar,desayuno,almuerzo, baño y dormir.
no será para nada más.
esperare a mañana con angustia fatal.

ojalá amanezca lloviendo o yo duerma en otro lado,
para despertar diferente y en otro estado.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Reflexión


“De donde yo vengo, no existe nada de lo que hay aquí” dijo. “En mi planeta todo es diferente, no vemos solo colores, también vemos sentimientos, olores, canciones  y momentos. Mi raza no es superior a la tuya porque simplemente es la tuya. Somos como ustedes, pero ustedes no son como nosotros.”

Le pregunte que si sabía que era el amor, el hombre, si así se puede llamar respondió: “ En nuestro planeta no solo sabemos que es el amor, somos amor, hasta comemos amor en  algunas ocasiones” Mire entonces como apartaba sus ojos de los míos y se concentraba en los paisajes que teníamos alrededor, por momentos me pareció perderlo entre la enmarañada selva, pero siempre estuvo quieto.

¿ A que se debe su visita?, ¿Mi visita?  Respondió, esta no es una visita, esta es mi casa, este es mi hogar, nuestro hogar. Vi como me miraba fijamente a los ojos, como posaba su mirada en la mía, ¡parecía que se estuviera robando mi mirar!
Le pregunte que estaba mirando. me respondió de la misma manera en que lo había hecho antes, con una suavidad certera dijo: “Estoy mirando lo que sus ojos están viendo.” No logre comprender lo que decía pero tampoco pude contener mi intriga por ver con los ojos de otra persona.

“ En mi planeta no hay edificios, ni carros, en mi planeta solo hay lo que necesitamos. Caminamos por los paisajes siendo uno con la naturaleza  y vivimos en ella de la misma manera en que ella vive en nosotros.”
El ser humano me miro con una cara extraña, como de indignación, como de no entender. Le pregunte, ¿Qué pasa? Me respondió que yo lo confundía, que mis respuestas extrañas eran muy conocidas para el.

Sentí un rugido en mi estomago, tenia hambre. Entre a la cocina de mi casa buscando algo que comer y efectivamente encontré unas galletas abiertas de la mañana. Volví a mi baño pensando en la inconciencia de mi partida, cuando llegue el ya no estaba ahí. O mejor dicho, si estaba pero ya no respondía a mis preguntas.