martes, 8 de enero de 2013
Lastima que en los aviones no se pueda fumar
Pues si, si se ha de caer este aparato metalico hijo de la modernidad de este destructivo mundo contemporaneo, pues si, que se caiga. Si no queda mas remedio que esconder el miedo y aceptar la turbulencía como algondefinitivo y asesino que así sea, es lo mas humano, se llama resignación. A fin de cuentas la falta de libertad en los aviones es total y es veridica. Al entrar por la puerta del avion de la misma forma que cuando votamos o nos montamos a un amarillemto y desteñido taxi nos entregamos a la providencia y a las manos de alguien más, nos regalamos al destino aunque no creamos en el y tenemos fé, de alguna manera, así nuestro uníco Dios sea de hierro. Al dar el ultimo paso de la confianza y entregarnos a la providencía de aluminio, es innegable que todos, sin exepción alguna, hemos pensado de la manera más fatal posible que nuestro avión va al suelo y a nuestra muerte, o que nuestro taxista en cualquier momento nos va a atracar y a hacer el llamado paseo millonario o en el caso de los activos politicamente, que este país se va derechito para la mierda. Y es normal, son el miedo y la resignación lo mas humano y visceral, son de las pocas emociones sinceras que nos quedan y que no se han manchado con la corrupción y SENSATEZ del mundo moderno.
En mi caso, cuando todo parece pudrirse y escabullirse de mi limitado campo de control, yo prefiero subír la musica en mis auriculares y entregarme a una muerte o a un drama como de pelicula. Respiro lento como si el aire fuera el de un cigarrillo y solo me dispongo a esperar y a estar vivo. Y me gustan así las sensaciones, porque cuando me vuelvo humano, y por esto quiero decir animal, soy sincero y no me miento con mi esencia y ser. Soy mas fuerte que nunca cuando entiendo mi pequeñéz, soy destructible y propenso a la inestable voluntad de los demas y soy humano y siento y me doy cuenta que estoy vivo y que puedo morír y que ya no hay nada que hacer.
Pues es que entregarse es humano, pararse en el abismo de la realidad ynesperar que un Dios nis salve es tan humano como montarse a un avion, porque somos obsoletos y de nada servimos, es por eso que la mejor forma de resistir elmimpacto es cerrar los ojos o ponerse a escuchar mientras ponemos de unos a otros nuestras vidas en manos de agua, una y otra vez.
Asi que sí, si este avión ha de caerse y derrumbarse del cielo como un pedazo de chatarra, que se caiga. Igual ya subí el volumen de mis audifonos y ya seleccioné la musica de mi funeral. Si este es el fin, que venga a mi.
Lastima que en los aviones no se pueda fumar.
Fin.
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