Todo aquello que mis ojos no ven y
mi mente ignora, existe sin embargo en un translucido paisaje de irrevocables
sucesos y a cualquier hora.
La videncia es solo otra forma de
ceguera,
Y los ojos solo una fracción de la
existencia.
Vuela como las mujeres de Girondo
La innegable realidad que bajo
muros de hormigón acecha.
En la noche, en el día, al
atardecer y en la primavera
Vive un mundo oculto bajo la mirada
ignorante de una multitud ennegrecida.
Como periódicos que inventan sus
noticias
Caminamos sobre certeros planos de
colorida aberración
La costumbre es el peor delito y la
incompetencia su razón.
Vive, la ciudad mientras muchos
duermen, vive, bajo un telón infranqueable de distancias y de amor
Todo aquello que mis paisajes
evocan es todo aquello que pretendo obviar.
Los destellos psicorrigidos del
alma emigran a lugares que no son fáciles de alcanzar,
Todo lo real es impenetrable y por
tanto lo existente coincidencia.
La mirada furtiva de un joven en el
mar,
respira hondamente los secretos que debemos callar
Mundos, traiciones.
Sentidos, imaginaciones.
Todo aquello que mi alma evita es
inalcanzable para las interminables fronteras del ser,
Todo aquello, nada.
Todo aquello anhela ser.
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